¿Por qué el cambio te puede llegar a frenar en lugar de impulsarte?

Porque es posible que si quieres crecer en grande, busques cambios grandes. Es entendible y lo que te voy a decir es contraintuitivo, pero efectivo: el crecimiento en grande se da con mayor efectividad cuando das pasos pequeños.

Para que tus pasos puedan ser firmes y sólidos, necesitas que sean cortos. Piénsalo así: Cuando caminas te da tiempo de responder a las nuevas condiciones del terreno. Con cada paso que das avanzas y el entorno cambia...cambias tú también. Cuando caminas te da tiempo de entender tu situación, tu estado físico y mental, y tu entorno. Cuando corres, tu capacidad de respuesta se afecta y la probabilidad de administrar tus recursos y tus esfuerzos correctamente disminuye. Cuando caminas puedes tomar decisiones informadas, lo que te permite responder sabiamente. Cuando corres, la mayor parte del tiempo reaccionas y tienes que estar alerta para tomar la mejor decisión.

Pero no todo el tiempo puedes estar alerta ni todo el tiempo puedes gozar del lujo del tiempo que te toma caminar en lugar de correr. Entonces, la tentación de acelerar el paso gana casi siempre y corres. ¿Qué crees que ocurriría si, en lugar de correr y en lugar de caminar, pudieras hacer una pausa para planear, administrar tus recursos y enfocar tus esfuerzos? Seguramente lograrías más en menos tiempo y con menos desgaste.

Créeme, lo he visto muchas veces. ¿Sabes cuál es el impedimento número uno para hacer esta pausa de la que te hablo? "No tengo tiempo." Si este es también tu impedimento, te tengo una noticia: Ese impedimento existe precisamente porque no has hecho la pausa; eso significa que este es tu mejor momento para hacerla.

El cambio te puede llegar a frenar en lugar de impulsarte cuando reaccionas a los cambios del entorno en lugar de apalancarte en ellos, uno a la vez, para impulsarte.

¿Cuál es el riesgo de atorarte en el círculo vicioso de buscar soluciones para vencer la resistencia al cambio?

Esta es otra idea contraintuitiva pero efectiva: Una mente obsesionada no se puede enfocar.

Atraemos más de aquello en lo que nos enfocamos, no porque con solo pensarlo los deseos se hagan realidad, pero sí porque al pensarlo nuestras emociones y nuestras acciones cambian. Si te enfocas en lo malo, le estás quitando espacio a lo bueno, si te enfocas en el problema, le estás cerrando la puerta a la solución.

Cuando buscas soluciones obsesivamente, inconscientemente estás pensando en el problema que quieres resolver. Eso no quiere decir que ignores el problema, lo que sí que decir es que lo abordes desde un ángulo distinto para que tu mente encuentre el espacio y los recursos que necesitas para que puedas construir la solución.

¿Te ha pasado que cuando te alejas y tu perspectiva cambia, ves cosas que antes no veías? Lo mismo ocurre cuando dejas de obsesionarte buscando una solución. Alejarte para mejorar tu visión del asunto es útil, y obtener la perspectiva de otros, es aún mejor.

¿Qué sentimientos pueden surgir si permaneces en el círculo vicioso de buscar soluciones sin encontrarlas? Confusión, desesperación, desgaste, frustración, estancamiento.
¿Qué necesitas en este caso? Estar dispuesto a desenfocarte de lo que te provoca obsesión y te detiene para poder enfocarte en lo que te ayuda a avanzar sin perder la amplitud de tu visión.

La obsesión te atora en el círculo vicioso de buscar soluciones para intentar vencer la resistencia al cambio; el riesgo es el estancamiento.

¿Por qué puede ser que, a pesar de que crezcas, no alcances la plenitud y la prosperidad?

Cambiar y crecer no se trata solamente de ti, se trata también de quienes te rodean.

Si intentas cambiar para crecer por tu cuenta sin involucrar a otros, la posibilidad de fracaso es enorme. Nadie lo logra solo. Todos necesitamos de los demás para crecer porque el mayor crecimiento y el más reconfortante es el crecimiento compartido.

Cuando creces tú y crecen los demás, te sientes pleno y próspero. Cuando intentas avanzar por tu cuenta en lugar de incluir a otros en tu plan, te puede llegar a invadir una sensación de vacío. Como cuando lo tienes todo pero no eres feliz. Eso te puede hacer abandonar tus sueños.

Tu crecimiento abarca también tus relaciones, empezando por la más importante de todas: tu relación contigo mismo.
¿Qué puedes hacer para relacionarte mejor? ¿Qué debes hacer para mantenerte en relaciones saludables? ¿Cómo puedes darte cuenta de lo que te detiene para empezar a avanzar?

Puede ser que no consigas la plenitud y la prosperidad que quieres si dejas estas preguntas sin resolver porque crecer no se trata solamente de ti. Encárgate de esto: Da lo mejor de ti y ayuda a otros a hacer lo mismo.